Claves de la temporada montera
Llega el mes de septiembre y con él la berrea, preludio de la temporada general de caza mayor y momento realmente especial para los que amamos y compartimos la naturaleza.
No deja de impresionarme esta época del año, cuando el monte se llena de los bramidos de un animal tímido y silencioso que cambia su carácter y se vuelve arrogante y ruidoso. Es, pues, un buen momento para ver qué podemos esperar de la próxima campaña de monterías.
Atrás dejamos la pasada temporada, repleta de lances en las numerosas batidas y monterías que se celebraron a lo largo y ancho de nuestra geografía. Momentos cinegéticos cargados, unas veces, de intensa emoción, y otras, de alguna frustración por el lance ocasional que no supimos resolver. ¡Quién no ha sentido esa intensa emoción cuando la ladra ha llevado a la cercanía de nuestro puesto a una res rompiendo monte como un “mercancías” o se ha esforzado el montero en intentar distinguir algún ruido que le permitiera localizar a ese jabalí que viene “zorreando”!
Ahora, tras el descanso, es el momento de pensar en la nueva temporada montera que ya está llamando a la puerta. Adelantarse a los acontecimientos siempre es algo peligroso, pues parece que uno anda mirando la bola de cristal para intentar averiguar el futuro. Pero en esto de la caza hay ciertos factores que indican cómo puede venir la campaña de forma general, sin ser adivino, sin riesgos a provocar falsas esperanzas, porque en la naturaleza, sus procesos y devenires nos marcan las posibles variables que podemos esperar, salvo catástrofes.
Terminó, pues, un invierno bastante bueno para nuestras expectativas, ya que la primavera anterior no fue nada mala y nos dejó la oportunidad de disfrutar de una buena calidad de reses. Pero este año esperamos que aún sea mejor, ya que hemos tenido, al menos en gran parte de la Península Ibérica, una primavera larga, lluviosa y con temperaturas suaves. Además, ha llovido en su momento, lo que ha permitido al pasto crecer con fuerza y ganar altura en el momento en el que los ciervos andaban dando forma a la nueva cornamenta, y esto ayuda mucho al desarrollo de la caza. Así las cosas, esperamos una nueva temporada muy fértil, tanto en cantidad como en calidad. A esto último cabe añadir que, como la anterior fue bastante buena, es de suponer que esta puede resultar extraordinaria, con muchos y muy buenos trofeos.
Solo hay una excepción con respecto a las lluvias en primavera, Galicia, lugar donde ha sucedido todo lo contrario. Curiosamente, esta zona, que es una de las que recibe mayor cantidad de agua anualmente, ha pasado su primavera más seca de los últimos sesenta años. Aunque en relación con los ciervos, no hay mucho problema, ya que hay pocas poblaciones y están muy localizadas.
Sobre venados y cochinos
Este mes vamos a comenzar ya con la berrea, y esto nos permitirá comprobar si el vaticinio que propongo es correcto. Ahora tenemos tiempo para observar el campo con tranquilidad y podremos ver con mayor facilidad qué es lo que nos aguarda para la temporada montera. Así, admiraremos a los venados con toda su fuerza y esplendor, batiéndose en pos de conseguir harén y de perpetuar la genética. Para mí es una de las mejores épocas del año, pues la naturaleza parece renacer justo en el momento en el que se adormece por la próxima llegada del invierno. Únicamente hay que esperar que a mediados de mes comience a llover y la temperatura baje un poco para que la berrea se muestre en plenitud, ya que si no cae una gota y encima hace calor, se vuelve tímida y casi silenciosa.
Respecto al jabalí se espera también que la temporada nos depare buenas oportunidades. La situación del campo es óptima para el desarrollo de las piaras y el tiempo puede permitir que las cochinas saquen adelante hasta dos sin mucho problema. No hay escasez de alimento, aunque luego debemos esperar a ver qué es lo que nos depara la época de la bellota, fruto esencial en la dieta de los animales de caza mayor y especialmente en la de los cochinos. La pasada montanera fue abundante, lo que permitió al jabalí afrontar el invierno —que no fue muy crudo— con suficiente grasa; por otro lado, la primavera ha podido mejorar sus condiciones físicas debido a que hubo bastante comida en el campo.
Ahora, tras los calores del verano, el tiempo empieza a refrescar y da un respiro a toda la fauna, en espera de que las lluvias lleguen con prontitud para no tener que hacer —en el caso de los jabalíes— grandes desplazamientos en busca del agua necesaria y de ese baño de barro que mitigue los efectos de los molestos insectos.
Buenas previsiones en monterías y batidas
Se espera un buen ejercicio cochinero, pues hemos visto bastantes por el campo y en la pasada temporada, debido a la crisis, no se dieron todas las monterías previstas. Por lo tanto, al haber menor presión y una meteorología adecuada, pensamos que la temporada será pródiga en ejemplares y que, además de cantidad, habrá una mayor calidad. Igualmente, resulta muy importante que en ese especial momento en el que los animales paren, el campo se presente en inmejorables condiciones, ya que de esta manera las crías se van a desarrollar con rapidez y fuerza, lo que es esencial para el futuro porque formará animales fuertes y resistentes, con grandes posibilidades de afrontar todos los riesgos de la vida en la naturaleza.
La afición puede quedar esperanzada ante lo que se nos viene, una buena temporada de monterías, tanto para el modo de cazar de la mitad para abajo de la Península, con buen número de monteros y rehalas, como para el de la mitad para arriba, donde se busca más el contacto de la batida recogida con cuatro amigos o vecinos del pueblo y unos pocos perros. Tanto monterías como batidas proporcionarán emociones y lances que esperamos sean fructíferos.
Las opciones venatorias de septiembre
Durante septiembre podremos seguir cazando el corzo en algunas de nuestras autonomías. Los machos, con la bajada de temperaturas, volverán a dar la cara y a ofrecernos oportunidades de conseguir un buen trofeo. También, durante este mes, suelen comenzar las batidas de jabalí y de corzo en otras zonas de la Península, aunque si de lo que se trata es de fama, es el momento de cazar en berrea en busca de un gran ‘pavo’ que alivie las necesidades de trofeo de alguno, o de cazar un buen ejemplar tras su correspondiente rececho, bien porque es de lo mejorcito de la zona, bien porque creamos que es un buen momento para hacer caza selectiva, eliminando alguno de los ejemplares que queremos con el fin de mejorar la finca o el coto que regentamos. No olvidemos que para mantener una población sana, estable y saludable, la caza selectiva es necesaria, y para ello hay que ver, contar y estudiar con detalle lo que hay, qué calidad tiene, en qué número y cuál es su estado sanitario. Aquel que rechace la caza selectiva es que no conoce las formas de manejo de las poblaciones de reses en la actualidad, cuando los predadores, casi desaparecidos, no las regulan de manera natural. Ya sé que de eso hay mucho que hablar, hoy que aportamos de manera artificial tanta comida al campo, pero ya lo haremos en otra ocasión.
Apuntes finales
A la hora de escribir esto, no sabemos aún cómo se desarrollará el final del verano, si los calores seguirán apretando o, por el contrario, se relajarán un poco. Esto también será determinante para cuando se den las primeras batidas, ya que si hace mucho calor, éste impide el buen trabajo de los perros, desluciendo esta modalidad venatoria. Sin embargo, si han llegado las lluvias, proporcionando una berrea inmejorable, y las temperaturas han bajado, podremos esperar un gran comienzo de temporada montera.
Sólo una última cosa: cazador, prudencia, por favor, mucha prudencia, pues si nos dejamos guiar por ella y no por el ansia de la caza, evitaremos males mayores. Los accidentes de caza son una lacra de nuestro mundillo y muchos de éstos se producen por no ser prudentes a la hora de tirar. Hay cosas que son lógicas y que todos deberíamos respetar como si de una religión se tratase: mirar antes de tirar, no tirar al tarameo sin antes haber identificado con seguridad la pieza, no disparar a los visos, no tirar en línea con otro montero ni hacer puntería en el transcurso de una montería, etc.
Estos consejos y algunos más son necesarios para todos, pero no basta sólo con saberlos, sino que además debemos ser conscientes de lo que hacemos con nuestras armas en todo momento.